¿Es normal el nerviosismo generado después de las dos primeras jornadas del Viña Albali?
En el partido contra Ribera Navarra se llegaron a escuchar pitos cuando los tudelanos se pusieron 3-4
Ya se han disputado dos jornadas de la Liga Nacional de Fútbol Sala. Dos partidos donde el Viña Albali Valdepeñas ha conseguido una victoria por 6-4 ante Aspil Jumpers Ribera Navarra y una derrota por 3-0 ante el Levante en Paterna. El balance es coherente. Se puede perder en tierras valencianas y se "debe" ganar en el Virgen de la Cabeza ante un rival teóricamente inferior, pero ¿por qué se ha generado tanta intranquilidad en la grada en este comienzo de temporada? Vamos a analizarlo.
El Valdepeñas se ha reforzado bien. Muy bien. Ha incorporado a sus filas a cinco internacionales que vienen de ser importantes en sus equipos. Solano, Boyis, Bynho, Claudino y Abbasi han llegado para mejorar la plantilla en este verano y para que ellos llegaran, se han marchado Sergio González, Humberto, Geraghty y Ribeiro. La Marea Azulona se ilusionó y mucho con los fichajes que se hicieron, incluso algunos aficionados (la mayoría de fuera de Valdepeñas) consideraban que después del Barça los vinateros tenían la mejor plantilla de Primera División, y que si este año no ganaran nada sería un fracaso.
Llegó la pretemporada y con ella las dudas. Todos esperaban que arrasara en la mayoría de sus partidos desde el principio, pero el equipo tienen una adaptación y un proceso de construcción. Cuando tienes los mejores elementos para hacer una casa, primero tienes que construirla para tenerla y si cambias la piscina, por otra que crees que es mejor, tienes que hacer obras. Las cosas no llegan por arte de magia. El balance en la pretemporada fue de tres victorias, dos empates y dos derrotas; la más dura de todas el 8-1 ante el Córdoba, una semana antes de que comenzara la liga. Eso, sí las aguas se relajaron ligeramente un día después con el triunfo frente a UMA Antequera. Pero lo pero de los partidos de preparación no fueron los resultados, si no las sensaciones. En ataque funcionaba a fogonazos de los buenos, con poca velocidad en la circulación y en defensa encajaba muchos goles.
Y claro, con la mosca detrás de la oreja llegó la primera jornada con el 3-0 en Paterna, que no reflejó lo visto en la pista, pero que confirmó lo que muchos ya llevaban pensado de casa: "Sabía que íbamos a perder, es que no jugamos a nada, si ya se veía en la pretemporada...". Lo cierto es que no fue el mejor partido del Valdepeñas, pero tuvo ocasiones para poder haber conseguido algo más y, sin embargo, los granotas marcaron casi todo lo que tuvieron. Qué importante es la efectividad.
Y dos semanas después llegaba al Virgen de la Cabeza Ribera Navarra. El Valdepeñas llegó a ir 2-0 y 3-1 y el partido parecía tranquilo, pero la cosa se torció con el 3-2. Los tudelanos se echaron adelante y empataron el encuentro, pero encima marcaron el 3-4 a falta de poco más de un minuto, algo que empezó a generar "run run" en la grada y se llegaron a escuchar algunos pitos. Fue ahí cuando el Viña Albali tiró de épica. Primero marcó Lolo, que era quien había sido objeto de más pitos, y nada más marcar se puso el dedo en el oído reivindicándose. Y en la siguiente jugada Lazarevic puso el 5-4, momento en el que Lolo se acercó a hablar con el sector que le había pitado, pidiendo apoyo. Finalmente los tres puntos se quedaron en casa, pero ¿Qué hubiera pasado si no se le da la vuelta al marcador de manera heroica?
Todavía queda mucha temporada por delante y el equipo está encajando las piezas que ya tenía con las que han venido. David Ramos cuenta con una plantilla en la que todos pueden y van a tener un rol importante, pero es igual de importante definirlo, que lo entiendan y que lo ejecuten como quiere el técnico madrileño. Quizá en este comienzo de campaña no se ha jugado como los ángeles, pero lo importante, de momento, es sacar resultados adelante e ir mejorando el juego y la solidez defensiva. Paciencia, que queda mucho.