El turismo provincial se hace notar en la Motilla del Azuer de Daimiel
El perfil de visitantes al yacimiento arqueológico ha cambiado en estos últimos meses, pero la cantidad de ellos es similar a la de otros años
El pasado mes de septiembre la Motilla del Azuer abría de nuevo sus puertas con diferentes protocolos de contingencia y el acondicionamiento del recorrido habitual para ser un yacimiento seguro frente a la COVID-19. En estos dos meses, la ocupación durante los fines de semana ha sido el mismo que en otros años, vendiendo todas las plazas disponibles. Una venta de entradas que no se ha visto mermada pero que sí ha cambiado el perfil de los visitantes.
El arqueólogo municipal, Miguel Torres, ha explicado que las visitas de turistas madrileños han bajado un 30% con respecto a otros años. En su lugar, se ha notado un incremento considerable de visitas de la provincia debido a los cierres perimetrales y las limitaciones de movimiento consecuencia de la pandemia. Viajeros que buscan una escapada cercana, al aire libre, y que eligen este enclave de la Edad del Bronce como opción.
Donde sí se ha experimentado una fuerte caída es en las reservas de grupos de lunes a viernes. “Durante la semana, los grupos eran principalmente escolares o asociaciones que actualmente no están teniendo movimiento”, apuntaba Torres. “Desde la apertura de la Motilla se ha hecho un trabajo de promoción para trabajar todos los años con los centros educativos, pero este año no se ha podido poner en marcha el plan de enseñanza”, ha detallado.
Labores de investigación
Por otro lado, esta semana deberían haber arrancado las VI Jornadas de Historia que como viene siendo habitual en su primera cita tendrían como protagonista a la Motilla del Azuer. Tras la cancelación de estas por la aplicación de medidas de nivel 2 a la localidad, Torres ha aprovechado para adelantar que en estos últimos años se ha trabajo en cuatro grandes proyectos como la realización de una visita virtual que ya se puede disfrutar en el Museo Comarcal de Daimiel, así como trabajos de termografía, análisis geofísico o la reconstrucción virtual del exterior del enclave. Trabajos que sirven para conocer el yacimiento, así como la realidad de sus pobladores. “Se conoce bastante, pero siguen apareciendo nuevos datos que pueden cambiar las connotaciones que se tienen”, decía.
Investigaciones que este año en muchos casos tendrán que esperar. “Los proyectos de investigación de la Junta no se han convocado, por ejemplo” comentaba el arqueólogo. “Es complejo llevar a cabo labores arqueológicas en esta situación, así como el movimiento de investigadores de manera interprovincial”.