La Solana honró a su patrón, Santiago, en el día grande de la feria
La Solana honró a Santiago en el día grande de la feria. La iglesia de Santa Catalina acogió la misa solemne al patrón, organizada por la Hermandad del Apóstol, que este año ha tenido mayor flexibilidad a la hora de preparar los actos, aunque finalmente no ha podido rematar la faena con la procesión. Al menos, el templo parroquial presentó un gran aspecto para la función religiosa principal. Mucho público –dentro de las limitaciones- y bella ornamentación con la cruz santiaguista. El párroco, Benjamín Rey, fue el único oficiante de una eucaristía que recuperó dos de sus singularidades. Una, la exaltación al Apóstol; y dos, la entrega del bastón de Caballero.
Como de costumbre, las autoridades y los directivos de la hermandad organizadora ocupaban los primeros bancos, y los representantes de cofradías y asociaciones religiosas participaron en el ofertorio, siempre bajo la conducción paralela del secretario, Paulino Sánchez.
En la homilía, Benjamín Rey elogió las virtudes del Apóstol y se congratuló porque sea una de las grandes guías espirituales de España, y de La Solana en particular. Animó a parecerse a él y a fijarse en su legado para nuestra actuación diaria en este mundo.
Al final de la misa llegó el momento de la entrega del bastón de Caballero de la Hermandad, que este año recae en el anterior presidente, Juan Rodríguez-Rabadán. A continuación, los niños Manuel Martínez Delgado y Mari Cruz Díaz-Malaguilla Serrano de la Cruz subieron al ambón para pronunciar la exaltación al Apóstol. Acompañado por imágenes y un fondo musical, hicieron un breve recorrido histórico de su figura y obra, que terminó con un ‘viva’ a Santiago, seguido por un sonoro y prolongado aplauso de la feligresía congregada en el templo.
Con la misa solemne finalizaron los actos programados para este año, que tuvieron como precedente la asamblea general de la hermandad, otra vez presencial, y el triduo celebrado durante la semana, con dedicatorias a los mayores, los jóvenes y los niños. Desgraciadamente, la procesión final no se pudo celebrar, aunque la ilusión sigue intacta de cara a que el próximo año sí pueda salir. Será la mejor señal de que la situación ha dado un vuelco. A mejor, por supuesto.