El miedo a la COVID resta público, pero no éxito, al Belén de Moral
El Belén Viviente de Moral de Calatrava ha salido adelante, contra viento y marea, en el año de su recuperación. La amenaza de lluvia hizo temer por su cancelación, el mismo día, pero el agua respetó las tres horas y media de apertura del recorrido, la tarde de ayer domingo. Pese a las medidas de prevención aplicadas por la organización, el miedo al contagio restó público al evento, que no por ello quedó deslucido. Al contario, a decir de los visitantes, el Belén Viviente ha ganado en número de escenas y actores, y en espectacularidad.
Entre el público entrevistado por Valdepeñas Digital al término del recorrido había coincidencia en destacar la escena del Nacimiento, con un bebé real y un coro acompañando. En total, 26 escenas y cerca de 200 figurantes, a lo largo de un recorrido configurado por las calles del conjunto histórico del centro de Moral de Calatrava.
El público; menos que en años anteriores como confirmaba el alcalde, Manuel Torres Estornell, por el miedo al coronavirus, pudo completar su visita al Belén, con los productos típicos de Moral, en el mercado municipal de abastos, abierto en la tarde del domingo. En declaraciones a Valdepeñas Digital, Torres dejó constancia de la evolución de esta actividad, que comenzó hace doce años con un par de escenas y que hoy es el mayor Belén Viviente de Castilla La Mancha.
Organizado por la Parroquia de San Andrés Apóstol, el Belén está coordinado por María José Rubio, quien ha destacado la implicación de numerosos jóvenes. Los preparativos se iniciaron allá por el mes de septiembre y el montaje se desarrolló el mismo domingo, muy de madrugada.
Los donativos aportados a la entrada por los visitantes se destinará, en un 50 por ciento, a un proyecto de Manos Unidas para llevar agua potable a una región de La India.