La historia de las 'Josefinas' de Daimiel: 100 años de trabajo por las niñas pobres y huérfanas
El próximo 3 de diciembre se cumplirán 100 años de la congregación de las Hijas de San José en Daimiel. Fue en 1921 cuando las Josefinas se establecieron en la calle Estación, en una vivienda cedida por Ángeles y Elvira Pinilla. Un siglo después, Guadalupe Ausín Gómez es la actual superiora de la congregación daimieleña. Se unió con 18 años y acaba de cumplir 75, los nueve últimos en Daimiel. Es una de las seis monjas que, a día de hoy, residen en el municipio con edades comprendidas entre 40 y 90 años. Curiosamente, también fueron seis las que comenzaron la andadura Josefina aquí.
Lo hicieron desarrollando la labor propia de las Josefinas, centrada “en la atención a la mujer trabajadora pobre”, explica la superiora. “Al mundo obrero, a la gente más deprimida, pero de forma especial a la mujer, sobre todo las más necesitadas, a quienes se dotaba de valores cristianos, y de capacidades para que por sí misma se valorizase y saliera al frente de su familia y de la vida”. “Una promoción de la persona integral”, resume. Esta es la función principal de las Hijas de San José, tanto ahora como entonces, aunque, en un primer momento, y “atendiendo a las necesidades reales de la población, también se atendían a enfermos en sus casas”.
De esta manera, se comenzó a trabajar con las niñas pobres y huérfanas llegando, a mediados del siglo pasado, a acoger a 30 niñas adscritas al Patronato de Protección Tutelar de Menores y una “matrícula” de más de 70 jóvenes que recibían clases de mecanografía, taquigrafía y contabilidad, y que además se formaban en la vida cristiana. Es el comienzo de una actividad docente que cambió en 1975, cuando asumen la gestión de la Guardería Infantil "Nuestra Señora de las Cruces" situada en la calle Molemocho, 55. Entonces dependía del Ministerio de Gobernación. Allí se trasladó la comunidad para vivir y trabajar. Una situación que cambia en 1991, cuando se separa el lugar de trabajo y vivienda de la congregación pasando a residir donde lo hace en la actualidad, el número 28 de la misma calle.
Desde ese lugar continúan hoy con su trabajo, como siempre, en estrecha relación con el mundo laico de Daimiel. Si bien la misión que las trajo a la localidad ahora se ha trasladado a otros lugares, como Latino América o África, Las Josefinas, a través de colaboradoras laicas, están presentes en los grupos de catequesis para niños o de confirmación, forman parte de la asociación que trabaja la promoción de la mujer en El Alto, participan en la casa de Abraham, y amplían su influencia a través de la ONG ‘Trabajo y Dignidad’, promovida por la congregación.
Como a tantos otros colectivos, la pandemia de COVID-19 también ha afectado a estas actividades, así como a posibles actos de celebración del centenario, aunque, hasta el momento, las Josefinas de Daimiel han conseguido esquivar al coronavirus, sin registrar contagio alguno. Según explicó la superiora, el pasado 19 de marzo, aprovechando la fiesta de la congregación, conmemoraron la efeméride centenaria con una eucaristía de acción de gracias en la iglesia de Santa María La Mayor.