Los precios de la uva de 2023 en Valdepeñas
Ya se han publicado los primeros precios a los que pagarán la uva en la Denominación de Origen Valdepeñas, las dos mayores bodegas, Félix Solís y García Carrión. Son precios muy en línea con los del año pasado. Los viticultores, como en campañas anteriores, vuelven a quejarse de que sólo un tanto por ciento de la cosecha acogida a D.O. se les paga como tal, mientras que el resto se paga como uva para vino de mesa. Lamentan además, que esos precios no sean acordes a la reducción de cosecha por la sequía y las altas temperaturas.
Félix Solís liquidará la uva tinta Tempranillo o Cabernet Sauvignon a 0,027 euros el kilo y grado si es a precio de denominación de origen y a 0,016 euros el kilogrado si se paga a precio de mesa. Así, el agricultor cobrará entre 35 y 37 céntimos de euros por kilo de uva tinta con graduación entre 13 y 14 grados, si se la pagan a precio de denominación de origen; y entre 22 y 23 céntimos si se paga a precio de mesa.
En García Carrión, la uva tinta Tempranillo se paga a 0,031 euros el kilogrado si se acepta como uva de D.O.; entre 40 y 43 céntimos de euros por kilo de uva de entre 13 y 14 grados, mientras que si se paga a precio sin D.O. el agricultor cobrará la mitad, 0,015 euros kilogrado, lo que supondría entre 19 y 21 céntimos por kilo de uva.
En cuanto a las uvas blancas, García Carrión las paga al mismo precio, con o sin D.O: 0,0168 euros por kilo y grado; unos 20 céntimos de euro por kilo de uva airén con 12 grados.
Para que nos hagamos una idea de la depreciación de la uva en nuestra zona de producción, en 1995, el kilo de uva tinta de entre 13 y 14 grados se pagó entre 44 y 47 céntimos de euro y el kilo de blanca de 12 grados, a 30 céntimos de euros. Precios por encima de los de 2023, hace 28 años.
Entre los agricultores se repite la protesta de años anteriores, en el sentido de que apenas la mitad de la uva que entregan se paga a precio de D.O. lo que en las bodegas se justifica porque será ésa la proporción de vinos con denominación que saquen al mercado.
La cosecha, cada año más menguada por la sequía y las altas temperaturas, hace inviable mantener las viñas.
PENALIZACIÓN
Fuentes del sector señalan a que en García Carrión han establecido una norma que penaliza a los agricultores que en 2022 vendieron su uva a dos bodegas. En ese caso toda la uva que les compren la pagarán como para vino de mesa.
La misma bodega penaliza la uva con contenido en ácido glucónico igual o superior a 1 gramo por litro, reduciendo su precio un 10 por ciento.
Las mismas fuentes critican la "apatía" de las organizaciones agrarias, en otros tiempos muy combativas, y también de las bodegas, por recuperar la figura de la Interprofesión; el antiguo Consejo Regulador, cerrado y en liquidación en Valdepeñas desde principios de 2022, lo que conduce a los viticultores, a la “ruina y el abandono”, indican.